La pyme tecnológica Rpow, especializada en crear desde Sevilla sistemas innovadores de almacenamiento energético para solucionar los desajustes entre oferta y demanda, tiene entre sus clientes a multinacionales como Shell, Siemens, Total, General Electric y AES Corporation. Fuente: Juan Luis Pavón - https://www.elcorreoweb.es/
El alto nivel de formación en ingenierías, experiencia en proyectos internacionales y cantera de talento en Sevilla para idear y materializar soluciones en los procesos de la industria energética es un terreno fértil que favorece la creación de empresas que prosperan en la competencia internacional. Las hay, y buenas, en cualquiera de las vertientes de la producción y distribución de energía: generación, instalación de infraestructuras, eficiencia en las redes, mantenimiento, gestión de activos, almacenamiento, sostenibilidad ambiental, etc. Una de las nuevas que está emergiendo con notable mérito desde Sevilla es Rpow, síntesis de la expresión Renewable Power, en alusión a las energías renovables.
Desde su sede central, en un edificio de oficinas frente al Palacio de Congresos de la capital andaluza, y desde su delegación en Houston (Estados Unidos), Rpow trabaja para multinacionales de enorme envergadura, como Shell, Siemens Energy, Total, General Electric, AES Corporation, entre otras. Su especialidad es la innovación en sistemas de almacenamiento energético, cuestión que es una de las prioridades a resolver en todo el mundo. Porque se ha avanzado tecnológicamente muchísimo más en incrementar la capacidad de producir energía respecto a la necesidad de almacenarla para estabilizar las dinámicas de oferta y demanda.
Andrés Barros, onubense, de 46 años de edad, fundó Rpow en enero de 2019 y la lidera como presidente. César Martín Montalvo, sevillano de 43 años, se incorporó en diciembre de 2022 como director ejecutivo (CEO) y en 2024 entra también su accionariado como socio. Además, Andrés Barros es el director general en España de Kyoto, multinacional noruega que en 2022 compró su empresa Mercury Energy y la convirtió en filial, como unidad de negocio denominada Kyoto Technology España.
Del desierto de Atacama a la oficina en Sevilla Este
Como tantos profesionales con alta cualificación y experiencia en este sector, Abengoa fue la empresa donde Andrés y César más se desarrollaron y asumieron responsabilidades en proyectos de envergadura en el extranjero. Por ejemplo, César fue director general de la filial Abeínsa Ingeniería en México, y anteriormente director técnico de ingeniería de plantas termosolares, con trabajos en Suráfrica, Israel, etcétera.
Andrés recuerda que “desde el año 2005 comencé a especializarme en energías renovables y en almacenamiento térmico. Cuando en 2016 comenzó la crisis de Abengoa, yo estaba dirigiendo el proyecto de la termosolar Atacama 1, en el desierto del mismo nombre en Chile, tras mi etapa en la enorme planta termosolar Solana, en Arizona (EEUU). Y viendo la gravedad de la situación, cuando peligraba algo tan básico como saber cuándo vas a cobrar la siguiente nómina, decidí salir de la empresa y comentar por mi cuenta otra etapa”.
Andrés Barros decidió crear su propia empresa con dos claves: que el centro de su actividad y desarrollo tecnológico tuviera como base el almacenamiento de energía térmica, y que pudiera residir habitualmente en Sevilla y no estar permanentemente desplazado a varios miles de kilómetros de distancia. Con los ahorros obtenidos por trabajos como una formación en China sobre energía solar de concentración, empezó a cimentar la creación de Rpow.
“Hace 5 años era palpable que emergía un problema nuevo: qué hacer con los excedentes de producción procedente de energías renovables. Eso está yendo claramente a más. Y las redes de distribución eléctrica sufren riesgo de colapso. Pensé: ¿se puede aplicar lo que sabemos para descarbonizar la industria? Nos enfocamos en partir de la tecnología de concentración solar y adaptar los sistemas de almacenamiento térmico en sales fundidas para activarlos en otros formatos de producción energética y no tener que usarse combustibles fósiles. El objetivo es sacar la energía cuando sobra y meterla cuando convenga. Y se consigue comprar energía más barata y ayudar a la red eléctrica a ser mejor gestionada”.
Reaprovechar costosas infraestructuras y mantener empleos
En Rpow tienen patentadas varias soluciones relacionadas con la combinación de tecnologías y sistemas de producción y almacenamiento, tanto para evitar a gran escala el desperdicio de energía como para frenar el desaprovechamiento de infraestructuras energéticas que se están desmantelando. Por ejemplo, centrales térmicas abastecidas por carbón, con instalaciones cuyos activos pueden costar de 80 a 100 millones de euros. “Siemens Energy lo está estudiando muy seriamente para Chile, y AES Corporation para Europa. Reutilizar esos activos (turbina, generadores, sala de control, planta de tratamiento de aguas, puntos de conexión, etc.) permite además mantener empleos en comarcas donde hay pocas alternativas laborales en el ámbito industrial”, comenta Andrés Barros.
Este es, en síntesis, su modelo denominado retrofit: “Mantener la turbina que vierte energia a la red. Ponemos un tren de resistencias eléctricas, y cuando hay excedencia de energía eléctrica en la red, y hay energía a coste cero, lo que ya está pasando frecuentemente cuando aumenta mucho la producción a través de fotovoltaicas, pues se captura ese excedente que inestabiliza la red eléctrica. Se caliente el sistema de almacenamiento térmico con sales fundidas, se captura esa energía que en ese momento nadie quiere, y cuando las fotovoltaicas dejan de producir energía, con ese calor genero vapor, como se hace en las plantas termosolares, y lo turbino y lo inyecto a la red a través de todos los sistemas que ya existen, que ya están pagados, y que pertenecen a las plantas de carbón. Así se crea una gran pila que toma energía eléctrica cuando sobra y que aporta energía eléctrica cuando falta, a través de un sistema de almacenamiento. Y eso desacopla la generación de electricidad respecto a la entrega de electricidad”.
A su juicio, “en España también hay que tomarse muy en serio los desajustes entre oferta y demanda de energía eléctrica. Y la red puede sufrir situaciones de colapso. En el campo de las renovables, el almacenamiento con sales fundidas es la única tecnología probada y validada para absorber cantidades ingentes de energía excedentaria, y devolverla a la red den otro momento”. En un futuro no muy lejano, también lo podrá resolver la tecnología del hidrógeno. Ya debería estar absorbiendo esos excedentes. Pero en su evolución aún no ha corrido tanto para esta vertiente como sí lo ha hecho, en cambio, para la producción de energía renovable”.
Para potenciar el área de investigación e innovación, han contratado a Patricia Santamaría Prado como directora. Rpow forma parte de alianzas en varios proyectos apoyados por la Comisión Europea para avanzar en la descarbonización en la economía circular. En uno de ellos están avanzando en la reutilización de un desecho de producción industrial, una especie de piedra caliza, a la que dan nueva vida usándola en el proceso de almacenar calor de forma sólida, capRADOpturando energia procedente de centrales fotovoltaicas, y volviendo a meter esa energía en la red cuando son horas de menos producción y la demanda sí la absorbe y aprovecha.
Diseño del Centro Ibérico de Investigación
Además, uno de los proyectos en los que Rpow trabaja es en el diseño del Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético, en Cáceres, iniciativa pionera en la material, impulsada por España y Portugal. Ganaron la licitación junto con la empresa Contratos y Diseños Industriales, de Tarragona. Confían en que el proyecto esté terminado en octubre de 2025.
La plantilla de Rpow asciende ya a la cifra de 24 personas en nómina, y seguirá creciendo este año y los venideros. César Martín Montalvo indica que “el ritmo de crecimiento en facturación y en plantilla está siendo de un 25 o 30 %. En 2023 facturamos 2,6 millones de euros y la previsión es que el 2024 se alcancen los 3,2 millones”.
Admiten que uno de los retos más difíciles para su desarrollo es conseguir incorporar a más profesionales que atesoren mucha experiencia. Andrés Barros señala que “una de las claves de nuestro éxito, y por la que grandes clientes vuelven a contar con nosotros de modo recurrente, es que nuestros ingenieros seniors son muy buenos, acostumbrados a trabajar en proyectos de gran complejidad, y a relacionarse con altos directivos de empresas. Nosotros buscamos a personas con décadas de experiencia en el sector termosolar o en otros industriales. No vamos a un modelo low cost. Y además de buenos salarios, aportamos formación, generamos pasión por lo que afrontamos. Por eso, en 5 años, desde que empezamos, solo se ha marchado una persona de nuestra área de ingeniería, cuando estamos en una época de menor continuidad en las empresas”.
Insisten Andrés y César en que no es casualidad que en Sevilla se funden y desarrollen empresas como Rpow. “Los dos estudiamos en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería, que tiene fama a nivel internacional por su generación de conocimiento en sectores como energía. Y Abengoa fue puntera en el mundo en sistemas como el de energía solar de concentración. Si muchas empresas extranjeras dedicadas a la energía establecen oficinas en Sevilla no es porque sea una ciudad hermosa donde se come bien, sino porque hay un capital humano muy cualificado. Nosotros seguimos muy conectados con la Universidad de Sevilla para proyectos de investigación, por ejemplo con el catedrático de Ingeniería Energética David Tomás Sánchez y su equipo”.
Añade César Martín Montalvo que “también estamos en las universidades sevillanas difundiendo lo que hacemos, para crear cantera, para estimular a los jóvenes a enfocar su carrera profesional hacia estos temas”. Para Andrés Barros, “es importante hacer ver que es posible ser pionero desde Sevilla. Nosotros lo hemos sido, empezando 4 años antes que otras empresas ahora competidoras desde diversos países. Esa ventaja, gracias a haber estudiado mucho y aprendido mucho, tenemos que se capaces de mantenerla”.
Ampliación de su actividad hacia el 'hidrógeno verde'
En su estrategia de futuro, una de las prioridades en la que están volcados es implantarse más en el sector del hidrógeno 'verde', creado desde energías renovables. “Estamos creando nexos tecnológicos entre el ámbito del hidrógeno y el del almacenamiento térmico. Y formaremos parte de alianzas nacionales e internacionales”.
Una de las necesidades a las que intentar aportar soluciones es la recuperación y reutilización de energías residuales en los centros de datos, las infraestructuras que dan soporte a cuestiones esenciales de la sociedad digital, incluida la supercomputación y la inteligencia artificial, y que consumen enormes cantidades de energía.
Desde sus conocimientos y experiencias, y estando continuamente en contacto con empresas y profesionales de numerosos países, estiman que la estrategia política y empresarial del 'valle andaluz del hidrógeno' para crear y exportar hidrógeno 'verde' sí se percibe como una oportunidad histórica para el desarrollo industrial y económico de Andalucía”. Para Andrés Barros, “a medio plazo apunta muy bien, con las grandes inversiones de Cepsa, Fertiberia, Maersk, etc. Las Administraciones tienen que hacer una apuesta muy firme para sacar adelante un reto de esta envergadura. No tiene que temblarles la mano. Aún tienen que alinearse varias piezas cruciales para que todo encaje. Y una de ellas es que se está reforzando la red eléctrica pero mucho menos de lo que debería para asumir lo que viene”.